Nuestra historia

Medio siglo en la decoración floral y jardinería

Los fundadores Antonio Romero y Magdalena Suárez vieron un día por casualidad en una enciclopedia la foto de una gardenia y les embelesó de tal forma que la convirtieron en su imagen de marca que apenas ha sido modificada en medio siglo. 

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La Gardenia

Una Vocación para toda la vida

La historia de Floristería La Gardenia se inicia con el regreso del fotógrafo Antonio Romero y la modista Magdalena Suárez a su ciudad natal, Antequera, tras varios años de estancia en Suiza como matrimonio emigrado. El contacto con empresarios y artesanos de diferentes procedencias en uno de los países con más miscelanea cultural de Europa, unido a su carácter emprendedor y creativo, les hizo ver una oportunidad clara en el sector de la decoración floral y la jardinería. Tras un encuentro repentino con un veterano distribuidor de flores de la vega de Granada, dieron el paso y descubrieron una manera de desarrollar su creatividad en lo que se convirtió más que en una profesión en una vocación para toda la vida, el mismo espíritu que mantienen sus hijas 50 años después de la fundación del negocio. 

La primera floristería vería la luz en una pequeña tienda situada junto a uno de los teatros y cines más antiguos de Málaga, frente el teatro Torcal de Antequera. Con los primeros beneficios y con una clara visión de negocio adquirieron una vivienda con zona de cultivo propio de flores situado en el extrarradio sur de Antequera, en la calle Belén. Su afán por mejorar la oferta y dar respuesta a cualquier petición de un cliente, por detallista que fuera, llevó a Antonio a recorrer cada mes cientos de kilómetros en busca de los mejores proveedores del país de flores y plantas naturales y artificiales. Así finalmente terminó abriendo un segundo establecimiento en pleno centro comercial de la localidad, en calle Cantareros 22. 

Con la jubilación de Antonio y Magdalena, en 2006, se produjo el relevo generacional y sus cuatro hijos, Natividad, Pilar, Magdalena y Antonio Miguel, crearon una sociedad civil y se hicieron cargo del negocio. Hoy, las tres hermanas mantienen la actividad con el mismo nivel de originalidad y servicio al cliente de sus antecesores. Además, para estar aún más cerca, abrieron un tercer establecimiento en la céntrica calle Lucena de Antequera donde el olor a flor recién cortada embriaga a los viandantes desde 2016. Allí, han concentrado hoy toda su oferta y es donde han fijado su estudio artesano donde se esfuerzan en hacer de cada pedido una idea completamente original y exclusiva, consecuencia de un constante reciclaje dentro y fuera del país, pendientes siempre de ser los primeros en importar las últimas tendencias en variedad y en técnicas y propuestas de decoración o de confección o presentación de flores y plantas. Clientes agradecidos, y en algunos casos los hijos y los nietos de éstos, avalan con su fidelidad el buen hacer de las hermanas Romero Suárez, delegadas en exclusiva de la prestigiosa red nacional Interflora en la comarca desde 1981.